En la escritura, “los Otros” soy yo

Daniela Michel
3 min readDec 7, 2022
Foto de Roman Kraft

A veces, cuando escribo, tengo la impresión de estar exponiéndole mis tripas al mundo, y me da pavor. Y sin embargo, dentro de mí algo me dice que si no lo hago, el resultado será mediocre.

¿Suena contradictorio? Ciertamente.

Llevo escribiendo desde que tengo uso de razón. Al principio, lo hacía con un objetivo puramente terapéutico, por lo que era cien por cien autobiográfico: diarios, poesías para quitarme algún peso de encima, relatos cortos que narraban algo que había hecho mella en mi corazoncito…

Conforme fui haciéndome mayor, fui añadiendo progresivamente toques de ficción a mis historias, hasta llegar a lo que hago hoy: novelas con personajes y hechos totalmente ficticios. Sin embargo, hay acontecimientos y vivencias que marcaron mi vida y sobre los cuales, inevitablemente, siempre acabo escribiendo. Algunos remiten a temas que pueden considerarse universales y, de hecho, estoy convencida de que la importancia que tuvieron para mí no reside en el hecho en sí, sino en cómo yo lo viví. ¿Acaso no es ahí donde yace el interés de la obra de un escritor o de cualquier artista en general? ¿En su interpretación de la cosa y no en la cosa en sí?

Entonces, ¿por qué me da tanto miedo tratar ciertos temas en mis páginas? En una de sus Masterclass sobre escritura, Joyce-Carol Oates (autora de más de sesenta obras y nominada varias veces al Nobel de literatura) recomienda a los escritores acudir a sus experiencias personales más sórdidas o dolorosas para escribir textos profundos y de calidad. Yo misma soy consciente de que cuanta más verdad hay en mis palabras, más potentes son. Pero a su vez, exponer así mis propios sentimientos me hace sentir vulnerable: nunca se sabe quién va a dar con ellos, cómo los van a interpretar, si los van a juzgar y después despedazarme a la más mínima oportunidad.

Actualmente estoy leyendo una novela titulada Tiempo de vida de Giralt Torrente, y me fascina el coraje que demuestra el autor al narrar su historia con su padre. Pocas cosas existen en la vida más íntimas que la relación que uno tiene con sus progenitores, pareja/s e hijo/s, y encontrar el punto perfecto para hacerlo, ese que observa y analiza, que narra y explica, sin hacer que el lector se sienta incómodo, requiere un manejo excepcional de la escritura.

Como con casi todo en esta vida, seguramente sea una cuestión de equilibrio, de evaluar qué desvelar y qué no, y cómo hacerlo. Una cosa está clara: escribir es de las pocas actividades que me llenan verdaderamente, y seguiré haciéndolo mientras pueda. Experimentar a lo largo del camino es, también, parte del proceso creativo. Y no dudo que la duda es fiel compañera de viaje de muchos en esta profesión.

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Daniela Michel

Writer. Learning as I write — and hoping my readers will help me become a better writer.